Tras seis años de su muerte, habla por primera ves la familia de Lina Marulanda
En un amplio reportaje habla para la revista Cromos por primera vez luego de su muerte, la familia de la modelo Lina Marulanda
El director de este medio de comunicación, Jairo Dueñas, entrevistó a la madre, Beatriz y la hermana Paulina. El reportaje viene ambientado con una sesión de fotos inéditas escogidas por los familiares de la modelo. La revista cuenta los últimos momentos que vivió la modelo antes del desenlace fatal. Según Cromos, ellas deseaban hablar “para darle paz y claridad a la memoria de Lina, agradecidas por tantas buenas palabras en la prensa pero al mismo tiempo molestas por otras tantas morbosas e infundadas”.
Su vida
Según la mamá, Lina era una mujer muy sola: “No tuvo apoyo de nadie. Ahora todos se quieren dar el título o la fama, como lo quieran llamar, sabiendo que ella no tenía amigos… era la persona más sola del mundo”.
Por su parte, su hermana aclara que la modelo no estaba enferma: “mi hermana me decía que todo el mundo pensaba que estaba enferma, que tenía algo, pero que nadie sabía que lo que ella tenía no tenía cura, que era la enfermedad más grave que hay. Cada vez que leía la Biblia se calmaba, decía “yo tengo a Dios”, se mantenía con la Virgen Milagrosa en la mano”. Relatan que leía mucho la Biblia y que el último mes la leyó todos los días.
Sobre el psicoanalista que la estaba tratando la depresión, la hermana indicó que “él decía que era difícil, pero que ella podía salir porque era una mujer muy fuerte. Le mandó una pastilla para que se relajara, pero le hizo el efecto contrario. Ella le decía al doctor: “para qué me manda eso si yo puedo sola”. Se tomó una sola, y dijo no más y ahí se quedó el frasquito enterito. Y cada día iba mejorando y mejorando. Cuando pasara todo esto planeaba montar el negocio de la miscelánea que ella quería. Ya tenía todo en la casa”
Según Paulina, su hermana, todo el tiempo se atormentaba por su peso corporal “mi hermana era una persona “trozuda” y como yo era flaquita siempre me decía que quería ser como yo. Ella comía pero era obsesionada con el gimnasio. Terminaron dañando su autoestima. Ella decía que mi autoestima era del 200% y que ella no tenía. Me llamaba muchas veces llorando diciendo “estoy gorda”. Ya a lo último no quería salir de la casa por miedo a que se burlaran”
Los proyectos de Lina
Según la madre de Lina Marulanda, una de las obsesiones finales de Lina era tener un hijo. Relata Beatriz que además quería “abrir su nuevo negocio, La MisceLina, y publicar el libro que escribió sobre su vida y que después saldrá porque está ahí. También quería abrir un instituto para ayudar a la gente”. Este instituto sería para ayudar a personas con depresión.
Lina era feliz con la hija de su hermana. La pequeña se llama Hanna y tiene dos años. “Ella decía que era la hija de ella, no la mía. Me llamaba y me decía que se la pasara, que le mandara fotos. Era una enfermedad, ella veía a la niña y se enloquecía”, relata Paulina. El próximo 15 de mayo Lina cumpliría 30 años.
Sus negocios
El reportaje relata que con su muerte no pudo cumplir un negocio millonario como imagen de un producto. Además ,que días antes de su muerte había empezado a trabajar con Juan Manuel Santos.
Según la hermana, una de las cosas que más la mortificó fueron los problemas con sus socios. “Sí, es cierto, ella venía en un pleito con sus socios, porque cuando ya se dice “vamos a cerrar la sociedad” llegan los problemas. Pero especialmente desde enero fue que empezó con una gran tristeza. Sí, ella le metió el alma. Es como cuando tú tienes una ilusión y le metes toda la fuerza y consigues todo y de pronto todo se desbarata”.
Y dice que pensaba alejarse un poco de todos los problemas y salir de Colombia. “Por los procesos jurídicos con lo de sus socios no podía salir del país. Pero necesitaba irse, y me dijo que quería irse lejos, a la India, de retiro, encontrarse con ella otra vez. Quería irse”, dijo Paulina.
Su esposo
Según el reportaje de la Revista Cromos la noche anterior estaba feliz, porque había hablado con su esposo para que volvieran, pero Lina quería que se dieran un tiempo de 15 días.
“Todo el trabajo y los ahorros de su vida quedaron en nada y eso es doloroso. Trabajar desde los 12 años, meterle todo el empeño para nada, se amanecía porque decía que tenía que hacer las cosas bien. Eso de pronto le fue afectando su relación con Carlos Oñate, su esposo”, dijo su hermana.
Al esposo es una de las personas que mas le ha afectado la partida de Lina: “A él le ha dado muy duro. Hablo mucho con él y le digo que no tiene que sentirse culpable, porque hay cosas en la vida que uno no puede detener y eso era lo que ella quería. Darle fin a muchas cosas a las que no les encontró solución. Fue la acumulación de muchos problemas, entre ellos el robo que le hizo una empleada y su mano derecha durante 15 años, que se le llevó todo. Eso le dio muy duro, la desilusionó mucho”.
El día de su muerte
Según su madre, el día que falleció “ella se levantó a las seis de la mañana y me dijo: “mamita, hazme el desayuno” y le hice waffles y salchichas, hasta me pidió torta de chocolate –que le fascinaba– para que le levantara más el ánimo.
Luego me comentó: “Hoy tengo un desfile y como no he dormido bien me voy a acostar un rato. No me vayas a hacer bulla”. A las 9:30 llegó Carolina, su asistente, le tocamos la puerta porque Carolina necesitaba hablar con ella y me respondió: “mami, déjenme que estoy dormida”.
Después, a las once de la mañana, oímos un ruido horrible. Carolina dijo: “Lina se tiró” y mi esposo y yo salimos a mirar y la vimos. Yo no lo podía creer”. Jairo Dueñas concluye preguntando a la hermana de Lina “¿qué no es cierto de todo lo que se ha dicho?” y responde Paulina “que estaba peleada con mis papás es mentira, que estaba con el psicólogo es mentira, que tenía una enfermedad es mentira. Todo es mentira. Lo único cierto es que estaba triste”.
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